Cárcel perpetua (poema)

Yo vivo encadenado a tu hermosura, lo mismo que a su roca, Prometeo; sin poder quebrantar la ligadura que me une a ti... por más que forcejeo. ¿De qué delito bárbaro fui reo, para tener que soportar tan dura y a la vez dulce pena? Mi deseo es un placer que llega a la tortura. Me atraes como abismo luminoso; lucho, por arrancarme de tu lado, con las fuerzas terribles de un coloso. ¡Inútil! A vivir siempre abrazado a tu cuerpo flexible y armonioso parece que estuviera condenado.