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mercoledì 13 luglio 2011

Coplas del amor triste (poema)

No las vi, si las hubo,
señales que me advirtieran
que el amor tuyo no era
para mí.

Por eso andando seguí
llamado por tu mirada
que el corazón me encendía,
y cuando llegar creí
al anillo de tus brazos,
rompiste todos los lazos
y en el olvido caí.

Morir puede ser, a veces,
el instante en que sabemos
que nunca más volveremos
a encontrar
los ojos que nos amaron,
las voces que nos nombraron
al pasar.

Después se sigue viviendo,
si es que se puede llamar
vivir, a dejarse ir,
no importa cómo ni cuándo,
simplemente desandando
recuerdos hasta partir.

Caminar, para encontrarte,
fue tan sólo caminar.

Pero el regreso —dejarte—
fue comenzar a arrastrar
el paso cual bestia herida
que no entiende que la vida
se le está yendo al andar.